Hugo
Hugo es un chico de 20 años, estudiante de historia. Es uno de esos pacientes que cuando lo veo en mi agenda me alegra la jornada.
Ayer me contó su noche de sábado. Había salido con amigos/as, todo iba bien, una de esas amigas incluso le mandó señales, como si estuviera interesada en él. Ella para finalizar la noche lo invitó a tomar cola-cao en su casa. Él la acompañó. Su sorpresa fue cuando al llegar ella se “puso la bata y tomó el cola-cao”, posteriormente las señales eran otras, señales para que se fuera. “Qué tendría que haber hecho? “me preguntó . “De que color era la bata?”, “rosa” respondió. Entonces estaba claro, “lo único que quería era ir acompañada a casa, hiciste lo correcto al marchar” su decepción se veía en su carita.
Decidí rebajar el nivel de consulta y llevarlo a psicología básica, eso de “mal de muchos consuelo de…” “A mi también me han engañado muchas veces” le dije. “Ah si?” Se iluminó. “Claro!! Si yo te contara…” “cuenta cuenta!!” Me propuso. “Pues recuerdo en una
ocasión que…”
Hay personas que se aprovecharán de nuestras ilusiones, bondad, incluso educación. Esa sensación de sentirnos “tontos” incluso puede que hasta humillados dependiendo de las circunstancias es normal, pero es solo una sensación. El que lo sientas no significa que lo seas, significa que en un momento determinado alguien se aprovechó de ti.
*Esta publicación está autorizada expresamente por el paciente. Obviamente se han cambiado ciertos datos para mantener su privacidad.
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