Miedo
En psicología no existe mejor actitud para no recaer en las adicciones que el tener miedo de nosotros mismos. Durante mi experiencia en el Instituto de Salud Mental, fueron muchos los adictos que solicitaban voluntariamente el alta argumentando que se veían preparados, que estaban seguros de que no volvería a caer y que querían “ponerse a prueba”. Todos los psicólogos que hemos pasado por esta experiencia profesional sabemos que cuando escuchamos esta explicación la recaída será inminente. Sin embargo, había otro tipo de pacientes a los que casi teníamos que “forzar” para el alta ya que tenían miedo a una posible recaída, no estaban del todo seguros; cuando escuchábamos algo así sabíamos que era señal de que el tratamiento por lo menos hasta la fecha estaba funcionado. Existen muchos tipos de adicciones, a sustancias, a no sustancias, a personas,… en todas ellas el adicto tiene un modus operandi muy similar y en todas ellas, para que exista una evolución favorable tiene que darse un factor en tu paciente, el miedo a sí mismo. El miedo tiene una cualidad valiosísima, y es que cuando se siente ese deseo, ese impulso de “meterse la última raya, tomar la última copa, darme el último homenaje o mandarle el whas de despedida”, nos paraliza. No significa que dejemos de sentir, pero el miedo nos ayuda a evitar actuar, y con el tiempo, nos llevará a controlar ese deseo, emoción, esa forma de sentir. *Potomania: necesidad patológica, urgente, exagerada de beber, puede ser agua (polidipsia) o alcohol (dipsomanía)