Hambre emocional
El hambre emocional es un concepto reciente aunque con muchos años de evolución. Uno de sus principales síntomas es la necesidad súbita de satisfacer el hambre con un alimento concreto. La mayor parte de las ocasiones, estos alimentos suelen ser dulces, galletas, chocolate, helado,… aunque también puede apetecernos en forma de patatas fritas, hamburguesa… En muchas de las películas o series románticas podemos visualizar una escena en la cual, tras un desengaño amoroso aparece la protagonista comiendo una enorme tarrina de helado….Tenemos un momento de hambre emocional!!! Lo curioso del hambre emocional es que además de aparecer en situaciones complicadas, también lo podemos padecer día a día, los pequeños momentos en los que nos encontramos estresados, “no llego…. mi jefe me ha mandado….. mi hija no ha comido las frutas… la cajera del supermercado me ha respondido mal….”; en fin, circunstancias que día a día nos alteran y preocupan. La pregunta es, ¿por qué necesito alimentación poco saludable? ¿por qué mi cuerpo no me pide frutas o verduras? Los alimentos que contienen azúcares complejos activan diversos neurotransmisores como la dopamina, la serotonina o la adrenalina. Una de las funciones de estos neurotransmisores es la de trasmitir al cerebro sensaciones agradables, placenteras, de saciedad,… Y cumplen muy bien esta función!!!! La sensación de bienestar llega a nosotros y nos aliviamos. De esta manera activamos los mecanismos cerebrales de recompensa, el hambre no es real. Es una manera rápida de tranquilizar nuestra necesidad de recompensa (“me lo merezco después del día que he tenido….”) ¿¿¿Tengo solución???? La respuesta es SI! Enseguida explicamos cómo hacerlo. [/av_textblock]